sábado, 29 de diciembre de 2012


Entre el arrullo del viento y el velo de la noche

alumbra la luna plena.

Horas que pasan  veloces y un reloj de arena,

una pared de lienzos y unas plumas quietas,  

designio de la vida cuando el río habla

y las voces se apagan.

El amor no entiende de tedio, si así fuera

es que una nube lo opaca, allí,

en el río
 
 
 
                                                                           Maica

 

 

 

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