domingo, 16 de septiembre de 2012

Hoy


Recuerdo aquel día que un pañuelo

volaba a tu alrededor,

lo alcanzaste poeta de fina estirpe

lo besaste y lo abrazaste ¡Me enamoraste!

sellando nuestros nombres con fina

seda de amor, ¡como resplandecían!

Ni el oro ni la plata ni siquiera el ancho mar

lo apocaban, eran nuestros nombres juntos

en unas velas blancas y nuestro puerto,

en una rosa roja que voló en una nube

hacia mi.

Hoy no estas mi poeta, ni las velas, ni las rosas,

un mar enfurecido se lo trago,

hoy, ya no hay alma de poeta,

también murió parte de mis letras,

solo me queda mi amor.





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